Uno de los lugares donde las consecuencias de la falta de energía eléctrica pueden ser irreversiblemente trágicas es en los hospitales, donde los equipos de cirugía, quirófanos o laboratorios dejarían de funcionar hasta que la red eléctrica se restableciese. Es aquí donde los grupos electrógenos y su irreparable función de apoyo entran en juego, en un entorno donde la precisión y la e cacia de todo el proceso deben medirse al milímetro porque la seguridad de los pacientes no admite margen de error.
• Para que todo siga funcionando sin que nadie note nada
Y es que los generadores eléctricos en este tipo de aplicación trabajan en la sombra, “vigilando” que no se produzcan cortes, fallos o interrupciones en la red que afecten sobre el normal funcionamiento de cualquier edi cio, vivienda o instalación.
Mediante una monitorización constante de la red se puede detectar cualquier carencia o anomalía en la misma, haciendo que el equipo se ponga en funcionamiento de manera automática. Los cuadros de conmutación, con los que se equipan estas instalaciones, permiten cortar el paso de corriente del generador cuando la red se restablece y viceversa.
• Las necesidades del hospital, el punto de partida del proyecto
El sector hospitalario no se presta a aplicar soluciones estándar. Resulta imprescindible adaptar por completo el generador a las singularidades del proyecto.
Por ello, un análisis detallado de las demandas y requisitos asociados al mismo es el paso previo a la realización de cualquier planteamiento.
El dimensionamiento de la potencia requerida para cubrir las necesidades del centro hospitalario, o la determinación de los niveles de autonomía del grupo electrógeno son aspectos básicos y comunes a cualquier proyecto. Sin embargo, ¿qué rasgos compartenhabitualmentelosgruposelectrógenos para hospitales?
No está permitido fallar: máxima abilidad y rapidez en la respuesta, las dos características que no pueden faltar en un grupo electrógeno para su uso en hospitales y centros sanitarios
Los grupos electrógenos pueden ofrecer distintos niveles de respuesta en función del compromiso de la aplicación de destino. Así, la transferencia estable de carga del generador “sin pasar por cero”, es decir, el funcionamiento del grupo de forma inmediata, es el que podemos encontrar en cualquier instalación hospitalaria donde se ven afectados quirófanos o equipamientos de asistencia a pacientes, mientras que otras instalaciones, como ciertos laboratorios o salas de pruebas, admiten un mayor margen en la respuesta, aunque ésta nunca supera los 8 segundos.
En cualquiera de los casos, los generadores deben ofrecer un máximo nivel de abilidad, que nos permita con ar en que el grupo electrógeno se pondrá en funcionamiento, si así se requiere. Para poder contar con las máximas garantías, resulta imprescindible hacer uso de componentes mecánicos, eléctricos y electrónicos de máxima calidad y que se encuentren abalados por fabricantes de reconocido prestigio.
La calidad y fiabilidad de los grupos electrógenos se dan por sentadas, pero existen otros aspectos igualmente signficativos y solicitados de forma recurrente en este tipo de aplicaciones: elevados niveles de autonomía que pudieran hacer frente a largos periodos de funcionamiento, sistemas de arranque seguros y redundantes, o su comunicación con sistemas de telegestión son tan solo algunos ejemplos.
Además, todo esto debe ir siempre acompañado de un riguroso control de calidad en el proceso productivo y test de pruebas de rendimiento y funcionamiento de la máquina. Dichas garantías sólo pueden ser ofrecidas por un fabricante experimentado que integre la calidad en todos sus productos y procesos.
No está permitido fallar: máxima abilidad y rapidez en la respuesta, las dos características que no pueden faltar en un grupo electrógeno para su uso
en hospitales y centros sanitarios
Los grupos electrógenos pueden ofrecer distintos niveles de respuesta en función del compromiso de la aplicación de destino. Así, la transferencia estable de carga del generador “sin pasar por cero”, es decir, el funcionamiento del grupo de forma inmediata, es el que podemos encontrar en cualquier instalación hospitalaria donde se ven afectados quirófanos o equipamientos de asistencia a pacientes, mientras que otras instalaciones, como ciertos laboratorios o salas de pruebas, admiten un mayor margen en la respuesta, aunque ésta nunca supera los 8 segundos.
En cualquiera de los casos, los generadores deben ofrecer un máximo nivel de abilidad, que nos permita con ar en que el grupo electrógeno se pondrá en funcionamiento, si así se requiere.
Para poder contar con las máximas garantías, resulta imprescindible hacer uso de componentes mecánicos, eléctricos y electrónicos de máxima calidad y que se encuentren abalados por fabricantes de reconocido prestigio.
La calidad y fiabilidad de los grupos electrógenos se dan por sentadas, pero existen otros aspectos igualmente signi cativos y solicitados de forma recurrente en este tipo de aplicaciones: elevados niveles de autonomía que pudieran hacer frente a largos periodos de funcionamiento, sistemas de arranque seguros y redundantes, o su comunicación
Los hospitales son instalaciones especialmente críticas. Por ello, la anticipación de cualquier anomalía en el funcionamiento de la máquina y su óptima “puesta a punto” se hace fundamental para garantizar su eventual funcionamiento.
Equipar este tipo de generadores con módulos de comunicaciones que faciliten la monitorización y control del grupo electrógeno será decisivo para que, de requerirse su funcionamiento, éste se desarrolle de forma óptima y sin sorpresas, pues se facilita un diagnóstico temprano de averías o la programación de eventos de mantenimiento, reduciendo así las paradas de los generadores o los desplazamientos hasta la ubicación para realizar diagnosis in situ.