Noticia ampliada
La pandemia ha modificado para siempre al sector energético al activar un cambio de paradigma que acelera el fenómeno de la descarbonización, produciendo el impulso de las energías renovables por el que llevamos trabajando muchos años. De hecho, según la Agencia Europea Medio Ambiente las renovables alcanzaron en 2020 el 34% de la generación de electricidad en Europa.
En un momento de retroceso de la demanda de energía en España, según datos de REE, en 2020 se han desarrollado proyectos fotovoltaicos en suelo que han alcanzan los 11.547 MW, y sin necesidad de mecanismos de apoyo gubernamentales.
Además, el autoconsumo, según los datos recopilados a través de los socios de UNEF, creció un 30% en 2020 con la instalación de 596 MW de nueva potencia fotovoltaica, demostrando la resiliencia del sector. Y 2021 ha empezado también con el gran éxito de la primera subasta de renovables en España, en la que el sector fotovoltaico ha demostrado su competitividad al hacerse con dos terceras partes de la potencia subastada.
Se está produciendo una transición energética basándose en patrones de sostenibilidad ambiental y social y la fotovoltaica está posicionada para ser la llave de la recuperación y descarbonización. La industria, el comercio y los ciudadanos pueden beneficiarse de la ventaja estratégica que supone este recurso energético de calidad del que disponemos.
En España contamos con una fuerte posición en la cadena de fabricación fotovoltaica con tecnología propia en los elementos con mayor valor añadido de la cadena de valor (electrónica de potencia, seguidores, estructuras, diseño, especistas, promotores) y con empresas líderes a nivel mundial, especialmente en la fabricación de seguidores solares y de inversores. Además contamos con el suelo disponible para desplegar la tecnología. Aprovechando estas ventajas y tomando las medidas adecuadas España puede constituirse como un hub fotovoltaico a nivel mundial.
Desde UNEF estamos trabajando para promover un marco regulatorio adecuado y estable para el desarrollo de la tecnología fotovoltaica, impulsar su desarrollo en todas sus vertientes y potenciar la actividad de nuestros asociados. Por eso presentamos una Estrategia Industrial Fotovoltaica, alineada con el plan de recuperación nacional, con una serie de medidas y reformas alrededor de cinco ejes: Sector eléctrico, Política industrial, Innovación y Desarrollo, Comercio exterior y Formación.
El autoconsumo es uno de los centros de nuestra actuación. Abogamos por la simplificación administrativa. Este año ya hemos conseguido que 8 Comunidades Autónomas hayan eliminado la licencia de obra para las instalaciones sobre tejado y esperamos que otras se sumen muy pronto. Conseguir un crecimiento sostenido del autoconsumo a lo largo de la década pasará inevitablemente por disminuir el término fijo de la factura eléctrica española, el más elevado en Europa. Estamos muy pendientes de la Estrategia Nacional de Autoconsumo y esperamos lanzar de forma inminente un sello de certificación de instaladores, un sello de calidad para asegurar que los instaladores cumplen con buenas prácticas.
Así mismo, seguimos de cerca también la Estrategia de Almacenamiento, clave para asegurar el despliegue de esta tecnología y fundamental para estabilizar el suministro renovable, y de la próxima publicación de una Ley de Cambio Climático, que debería ser aprobada con el mayor consenso posible para avanzar en la descarbonización e incluir referencia expresa al autoconsumo.
Y, por último, mencionar uno de los retos más importantes que tendremos que afrontar en los próximos años: la percepción social del despliegue de las platas fotovoltaicas en las zonas rurales. Se requiere de un esfuerzo de todos para que las las empresas hagan sus instalaciones siguiendo las recomendaciones medioambientales de UNEF. Tenemos suelo suficiente para un desarrollo organizado y respetuoso de las plantas. El mundo rural, la llamada España vaciada, debe ver en la energía fotovoltaica un factor aglutinador de población, de creación de empleo local, de fortalecimiento del tejido industrial, de riqueza para las comunidades y una diversificación en las fuentes de ingresos de los propietarios agrícolas. Somos los aliados naturales.