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La sostenibilidad es un reto global que requiere la implicación de todos los sectores. En concreto, en el ámbito del transporte y la logística, las empresas se enfrentan al desafío de encontrar el equilibrio entre la rentabilidad y la sostenibilidad de las operaciones.

En este contexto, la digitalización de la cadena de suministro puede significar un paso clave no solo para reducir las emisiones de dióxido de carbono, sino también para conseguir un negocio más eficiente.

• El flete “uberizado” está aligerando la carga medioambiental
Una oportunidad importante para la industria del transporte y la logística es su "uberización": el aumento de la logística de transporte bajo demanda. A menudo ofrecidos a través de una aplicación, esta opción permite a las empresas encontrar un espacio para sus servicios en envíos de carga disponibles. Pero, ¿por qué este modelo es bueno para la sostenibilidad?

Por ejemplo, cuando un conductor está en el viaje de regreso de su destino original, puede haber una oportunidad para que tome una carga que se dirige hacia la misma dirección. Eso representa un camión menos en la carretera haciendo un viaje adicional. En este sentido, si se recogen y gestionan varios bultos más pequeños en un solo envío, el impacto puede ser aún más significativo.

Cambios como este, basados en la flexibilidad empresarial, van en la línea de la economía colaborativa y a la vez promueven las operaciones más verdes. De hecho, la transformación digital de esta industria podría reducir sus emisiones hasta en 3.600 millones de toneladas métricas en 2025, según una estimación de Accenture.

• Planificación inteligente para operaciones sostenibles
Otra forma en que las organizaciones están reduciendo su impacto ambiental es mediante el uso de tecnología de planificación de rutas impulsada por IA para encontrar la mejor ruta para su envío.

El software impulsado con inteligencia artificial puede analizar los datos de capacidad de carga del vehículo para crear una gestión de carga eficiente, definir rutas de viaje óptimas y predecir y asignar recursos a áreas en demanda. Todo esto conduce a un servicio más optimizado, con menos millas desperdiciadas (y combustible) y una programación de recursos mejorada que puede ahorrar en OPEX (gastos operativos).